Monday, August 21, 2006

UN SAPO INFLADO



CAPÍTULO TRIPAS [BIS]


"...la más prohibida de todas las frutas
te espera hasta la aurora,
la más señora de todas las putas,
la más puta de todas las señoras."

Joaquín Sabina



Sollozando y limpiándose la sangre de las comisuras de sus labios, llena de tristeza, la Yajaira se desnuda y se acuesta en el lecho.
No le duelen tanto los golpes sino lo que le intriga es cómo habrá de concertar una nueva cita con Santa Clos.

—"Esta cabrona todavía no me conoce —murmuraba el Tuerto— ¿Con quién me andará haciendo güey? ¿Habrá quién tolere esta clase de porquerías?"

Luego grito—:

—"¡La próxima vez que se acueste no será en una cama sino en un ataúd!"

Pero la Yajaira ya no lo escuchaba, se había quedado dormida, y más pronto que de costumbre, abatida con la media docena de bofetadas que le propinó el concubino.

Al día siguiente se vio obligada a mudarse de casa, puesto que donde estaban hospedados era el departamento de don Memín, padre de la Natacha.
Se levantó muy temprano, apesadumbrada e indecisa, con los ojos medios apagados debido al llanto y el desvelo. Dejó escapar un suspiro y comenzó a recoger sus pertenencias, unas tangas, una par de negligés, unos libros de Froid y otros de poesía mística, entre otras chácharas.

El tuerto se había marchado casi al despuntar los primeros rayos del sol; cuando regresara, la Yajaira ya no estaría allí.