Friday, August 31, 2012

Y ¿qué se puede esperar si hasta el Pato Zambrano es poeta!



Se dice que hay una fiebre de poetas en Tijuana, que hay mucha gente generando poesía.

—Puro jolgorio y tirimiba, eso es lo que hay. Irreverencias de libertinos que no traen ni siquiera un pingajo de poesía encarnada en el espíritu. Lo que pasa es que ya cualquier pendejo o pendeja ya se cree todo un diente del Parnaso.

—Gracias al negocio de la propaganda trinquetera cualquier cabrón llega a convertirse en poeta y hace pasar por poesía garridas transverberaciones. Ahora, nomás por puro morbo, echemos un vistazo al catálogo de trivialidades que adquieren un sabor de trascendencia, cuyos autores y autoras se vuelven una especie de asnos con herrajes de oro. Hay aquí ingredientes de sobra para condimentar un suculento puchero, por ejemplo grupo «Poeta-No lugar» (conformado por el Antonio Mercado, el Adrián Volt, la Ariadna Hitchel, el Josué Peñaloza, el Juan Salpri, la Luxia López, el Miguel Quivira, la Paty Blake y el Roberto Navarro, acurrucados en http://www.varia-creacion.blogspot.com/) «Las Lunas» (que es un trío de cretinas integrado por la Hadia Farfán, la Mónica Morales y la Sharon Vázquez, sitiadas en la página güeb: http://bitacoradeviajelunar.blogspot.com/), «Acanto y laurel» (un grupúsculo madroteado por la nefasta de la Aída Méndez y dos que tres padrotines más), el «Proyecto Editorial Existir» (a cargo del Gilberto Licona y su ganga andrógina), «Las Matronas» (a resultas de la Amaranta Caballero, el Pepe Vázquez, el Roberto Partida  y otras coladas), el «Tijuana Bloguita Front» (cofradía del Rafa Saavedra en la que resaltan mamertos como el Juan Carlos Reyna y el Erasmo Katarino Yépez).

 —Además de otros copleros de la verba vertical que andan rebotando de un lado a otro.

—Esta virulencia supuestamente poética no es otra cosa que una burda maniobra que se reparte a cachetes como el rosario de la aurora; una fórmula abstracta tan incomprensiva que puede tener cualquier significado. Esa es la descripción de la inmanencia que se teje pregonando fantasías. En extremo, la candidez que contiene la cantaleta boba «todos somos poetas» encierra una semántica de ultratumba que difumina cualquier diferencia; no hay clases sociales, da lo mismo estar de pie que de rodillas. No hay discernimiento entre pureza e impureza, tampoco redención; únicamente ambigüedad de Pigmalión y el marqués de Sade. El arte como la política, superficial.

—Y ¿el intelectual o el poeta?

—Ese güey se vuelve un nómada que carga su maletita de oxímoron deconstructivista, mostrándole al mundo su sonrisita de pensador ingenuo y astuto con disfraz de pendejo.

—Lirismo estéril, parálisis parmenídea. Todos son lo mismo o todos no son ellos. Las esencias preceden a la existencia; sin sustancia, sin verdad. Por eso el nodo esta en la poesía, en un lenguaje que no obedece más que a sus propias leyes. Homo sapiens, homo faber, homo ludens. O para decirlo como Wittgestein: la filosofía como forma artística. Por eso todos quieren ser alumnos de las musas. No hay punto de partida ni nada que expresar. La verdadera misión es exprimir la naranja hasta dejarla sin jugo; gimotear y echar lagrimones como garbanzos. La rentabilidad espiritual es lo de hoy, por eso todo es poesía. Montón de mierda que ni los propios poetas soportan.

—Y ¿qué se puede esperar si hasta el Pato Zambrano es poeta!

—Entonces, si a esas vamos ¿porqué no han de ser también poetas la Aída Méndez, la Petra Bonilla y medio centenar más de viejas locas? •