Monday, August 21, 2006

TAIWANAJUATO



CAPÍTULO DONAS




«Una cucaracha de alquitrán
puede arruinar un barril de miel»

Lenin


En Taiwanajuato la mentira de la Diosa Razón se enfrentará con la verdad desnuda y teibolera. La Yajaira se dará cuenta que las medallas que el Tuerto se cuelga no le pertenecen, y descubre que es un general que jamás ganó una de la tantas batallas que presume. En realidad, cuando mucho, él no rebasa el rango de un jefecillo de salón de clases.
Lo digo porque el capitán de los cholos de su vecindario, cada vez que lo guacha lo tumba con una firula dizque por cuota pa que no lo madreen los más picudos.

Huyeron hacia el sureste asiático porque la monotonía empezó a devorarlos como perro hambriento.
El nerd boy hace tremendas muinas de la nada, y, además, padece uno de los más temibles vicios de la humanidad: el egoísmo; que combinado con el pecado nefando de la soberbia lo hará creerse un genio, a tal extremo de burlarse de las limitaciones intelectuales de la morra.
No pudieron sacarle partido a los ideales deteriorados de la burguesía. Solamente los sofistas logran, y a veces, conciliar las contradicciones del postmodernismo. Así que cualquier intento panegírico que hagan los amasios será en vano.
Se sabe de muy buena tinta que toda relación amorosa es enfermiza; no es más que un montón de hierro que se enmohece tarde o temprano.
Y eso es tan sabido como el hecho de saber que en el invierno hace más frío que en el verano.
En pocos meses ha brotado el tedio y el desencanto. La relación es ya un desparpajo y casi tiene un pie dentro del sepulcro.

Animada por un monstruo de cara angelical que se dice amiga de la pareja, La Yajaira abrirá la jaula del tigre de sus pasiones viscerales, y el felino escapará a esconderse en una cueva de sábanas con olor a azafrán; luego de tirar sendos zarpazos sobre el frágil pecho de la fidelidad.